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Cómo limpiar adecuadamente la mámpara de tu baño para que brille como el primer día

Las mamparas de ducha dejaron hace tiempo de ser un producto para evitar que el agua se desperdigue por el baño mientras nos duchamos. Se han convertido en un elemento decorativo más del cuarto de baño. Sin embargo, una vez que la instalamos y la empezamos a usar, ¿cuánto tiempo dedicamos a limpiarla y mantenerla en óptimas condiciones? 

La cal y la humedad son los dos grandes enemigos de cualquier equipamiento de nuestro baño, sea un mueble, espejo o la propia mampara. Más allá de quedarse únicamente en el cristal y hacerse visible generando un aspecto antiestético, la cal poco a poco se va incrustando en las juntas y otros elementos mecánicos poniendo en peligro la duración de las piezas y su correcto funcionamiento. Es por ello, que te queremos explicar algunos trucos que os ayudarán a tenerla como el primer dia.

Consejos para mantener tu mampara reluciente

Cuando terminamos de ducharnos, recogemos y limpiamos la ducha para que no queden ni pelos ni restos de jabones. Sin embargo, no solemos presar tanta atención a la mampara, donde gran parte de agua y jabón terminan incrustados. Esto hace que, poco a poco, los residuos de cal se vayan adhiriendo sobre la superficie dándole un aspecto opaco y descuidado. Para evitarlo, os aconsejamos adquirir los siguientes hábitos a realizar tras cada ducha para que la mampara quede totalmente seca: 

  1. Aclarar la mampara después de cada ducha. La cal tiene tiene la particularidad de desprenderse y caer por el sumidero cuando usamos agua caliente, pero no cuando el agua está fría permitiendo su endurecimiento. En cualquier caso, te recomendamos que te hagas con una espátula de goma para secar la mampara de una pasada tras la ducha diaria, y evitar así que deje restos o bien pasar un trapo seco por la mampara para evitar que se acumulen los restos de suciedad.
  2. Ventilar el baño después de cada uso. Dejar la puerta o la ventana del baño abierta para que se vaya la humedad tras la ducha es muy importante ya que el otro gran enemigo de la mampara es el moho. Si se ventila y descongestiona toda la estancia de la humedad concentrada, se evitará el proceso de moho.
  3. Hacer una limpieza periódica en profundidad. A largo plazo las mamparas pueden perder su brillo. Para que tu mampara luzca siempre perfecta es importante limpiarla regularmente. Si la mampara permanece mucho tiempo sin recibir una limpieza profunda, será más difícil eliminar la suciedad acumulada. 

Cómo limpiar adecuadamente tu mampara

Conseguir que la mampara del baño luzca "como en los catálogos" no es un proceso tan complicado si se toman una serie de medidas. La mampara acrílica se ensucia más rápido que el cristal y dura muy poco reluciente, de manera que hay que ser constante y al menos una vez a la semana la puedes limpiar en un bote de spray con una mezcla compuesta de un poco de amoníaco, alcohol y agua. Tienes que rocíar la superficie y los carriles. Posteriormente lo limpias con un trapo humedecido. Al usar amoniaco es recomendable utilizar guantes y mascarilla cuando lo apliques para evitar sufrir cualquier tipo de reacción.

Para la mampara de cristal se pueden utilizar de los productos específicos de limpieza aunque cabe recordar que uno de los mejores limpiadores y desinfectantes naturales que existen es el vinagre, blanco a poder ser. Por su composición química, el vinagre es el elemento ideal para limpiar el vidrio ya que no lo mancha ni lo maltrata. Para limpiar la superficie de la mampara sin problemas basta con diluir una taza de vinagre blanco en un poco de agua tibia y con la ayuda de un paño ir dibujando círculos Una vez eliminados los restos de cal o jabón hay que enjuagar el vidrio con agua caliente y por último pasar un paño suave y seco para secarlo.

Si las manchas de cal se resisten al poder del vinagre, prueba a mezclarlo con dos cucharadas de bicarbonato de sodio. Aplica la mezcla sobre la mampara y déjalo actuar durante 10 o 15 minutos. Transcurrido este tiempo retirarlo con un trapo húmedo y para acabar, pasar un paño suave y seco. Te sorprenderá su resultado porque volverá a brillar.