LOS HÁBITOS DE HIGIENE OCCIDENTALES EXTRAÑOS PARA EL RESTO DEL MUNDO | Stillö

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LOS HÁBITOS DE HIGIENE OCCIDENTALES EXTRAÑOS PARA EL RESTO DEL MUNDO

Estamos todos de acuerdo en que las rutinas y hábitos de higiene son necesarios para algunos aspectos de nuestra vida cotidiana, es decir, ducharse por la mañana para ir al trabajo, cepillarse los dientes después de desayunar, y sobre todo, ir al baño antes de salir de casa.

¡La última es muy importante para muchas personas que solo se les hace posible ir al baño si es el de casa! Pero ponte en la situación de que has acabado y justo te encuentras que no hay papel higiénico, una sensación horrible, y más si no hay nadie en casa que nos pueda acercar un trocito. Pero… no para todo el mundo es tan horrible, allí voy, los hábitos de higiene son diferentes en cada parte del mundo

Hace algunos años, mucho antes de que apareciera el papel higiénico en Grecia utilizaban trozos de cerámica y los estadounidenses mazorcas de maíz para limpiarse. ¡Increíble! Confirmamos que mejor que un trozo de cerámica y una mazorca de maíz es el agua. 

En los países de mayoría musulmana utilizan el agua para limpiarse las zonas después de ir al baño, y en Japón podemos encontrar los famosos y modernos inodoros que tienen chorros y otras opciones más avanzadas para humedecer la zona, y no solo eso, sino que también ofrecen herramientas para poder secarla. 

Aún así, la mayor parte de Occidente utiliza el papel higiénico

Otra cuestión importante, ¿hacer tus necesidades sentado o de cuclillas? 

Una gran pregunta, cuando escuchamos lo de “ir al baño en posición de cuclillas” seguramente estés pensando que sea una urgencia que te pilla en el campo porque no te queda más remedio. 

Pero aunque te cueste creerlo es la mejor postura para favorecer los movimientos intestinales y te ofrece un ángulo que permite un tránsito más fluido con menos esfuerzos. En occidente nos resistimos a ese modelo, que en realidad se puede considerar incluso más lógico que el que usamos habitualmente. Pero lo que sí que algunos países de occidente conciben más cómodo, es usar un taburete para poner sobre el los pies. De esta forma favorece la posición de cuclillas dándonos ese ángulo que nos permite unos movimientos intestinales más rápidos y fluidos.  

¿Duchas diarias?

No solo la posición en la que vamos al baño es la única que varía según el lugar dónde hayamos nacido. Nuestro hábito de ducharnos por la mañana antes de ir a trabajar es extraño para muchas otras partes del mundo. 

La ducha diaria nos da esa sensación de estar presentables hacia los demás, y ya no lo vemos como una forma de eliminar la suciedad, porque seamos sinceros, por más que no estemos sucios, todos nos duchamos ya sea para vernos un poco más arreglados, para refrescarnos en verano e incluso para darnos el gusto de una ducha calentita en invierno.

Es interesante saber que en algunos lugares como Lilongwe o Malawi, que son además de bajos ingresos, las personas se pueden llegar a duchar dos e incluso tres veces al día. 

Hace relativamente poco las personas se duchaban una vez por semana, y no solo eso, sino que se utilizaba el mismo tipo de jabón para todo. La idea de utilizar diversos tipos de jabón para ducharse surgió hace relativamente poco y fue gracias al auge de la publicidad mundial tras las guerras mundiales. Eso de usar jabones diferentes para las distintas partes de nuestro cuerpo es algo que tenemos muy interiorizado y lo hacemos de forma inconsciente. Pero realmente es producto de la publicidad, para aumentar el hábito de ducharse con mayor frecuencia. 


¿Una ducha por la mañana o por la noche?

Esta también es una gran pregunta. En algunos lugares como por ejemplo Japón es común ducharse por la noche, ya que afirman que puede ayudar a relajar los músculos y dormir con más profundidad. Pero muchos otros defienden la cuestión de que ducharse por la mañana te ayuda a despertarte del todo y que por la noche se suele sudar, por lo tanto no acaba de tener sentido el baño nocturno. 

Es evidente que pueden haber variaciones dentro de cualquier país y sobre todo excepciones. Todos estos hábitos nos pueden llegar a parecer cuestiones de sentido común, pero realmente son resultado del condicionamiento social, ya que después de todo, es cuando somos pequeños que nos enseñan a cómo utilizar el baño y de qué forma hacerlo. La historia de los hábitos y rutinas dentro de la higiene no tienen porqué ser definitivas en ningún país, como hemos visto siempre pueden ir cambiando gracias a nuevos desarrollos tecnológicos y culturales.