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Consejos para la limpieza de la grifería

El uso intensivo que hacemos de los grifos de los cuartos de baño y de la cocina requiere de una limpieza constante para mantenerlos en perfecto estado. Os proponemos algunos consejos para que luzcan como nuevos durante mucho más tiempo.

Limpieza diaria

La clave para mantener los grifos siempre relucientes será realizar una sencilla limpieza cada día. Si no dedicamos un mínimo diario a la limpieza, los restos de suciedad y, sobre todo, la cal, será más difícil de eliminar y podremos dañar la grifería. Es preferible limpiar en dos minutos un grifo cada día que no hacerlo de manera más espaciada por muy intensiva que sea la limpieza.

  • Agua y jabón y nunca productos abrasivos. Para la limpieza diaria de la grifería se deben utilizar siempre jabones neutros que respetarán los cromados y el material del grifo. Nunca utilizaremos productos con ácido o con amoniaco ya que podrían perder brillo y dañar el cromado de forma irreversible.
  • Esponja o bayeta y nunca estropajo. No hay que complicarse en la limpieza y con una sencilla bayeta o una esponja suave el grifo quedará perfecto. Cuidado con utilizar estropajos porque pueden rayar la superficie de la grifería.
  • Remedios caseros. El vinagre y el zumo de limón serán nuestros aliados caseros para la limpieza de griferías.  El vinagre blanco puede utilizarse en la limpieza y además, al contener ácidos débiles, es un excelente eliminador de cal incrustada. Si vemos que la cal no desaparece, empaparemos una tela en él y la dejaremos sobre el grifo varias horas. Después procederemos a enjuagar y limpiar con agua y jabón y al secado con un trapo. El zumo de limón es un buen aliado para la limpieza de cromados.
  • Productos antical y limpiadores. Además de los remedios caseros, como el truco del vinagre, en el mercado existen numerosos productos de limpieza que incorporan tratamientos antical. En todo caso, una sencilla limpieza con un paño y agua y jabón eliminará en gran medida los restos de cal de la superficie.

limpieza griferiaLimpieza intensiva 

De vez en cuando realizaremos una limpieza más profunda de la grifería con una revisión del estado de los elementos. Como en la limpieza diaria, siempre utilizaremos un jabón neutro y podemos valernos de un pequeño cepillo suave para eliminar la suciedad como sarro o restos de moho de los bordes. También será el momento para comprobar del estado de las arandelas y sustituirlas si están dañadas.

Por otro lado, prestaremos atención al aireador, que es el cabezal del grifo por donde sale el agua y que cuenta con un filtro que retiene los posibles sedimentos del agua. De vez en cuando es necesaria la limpieza de este "minifiltro" para eliminar pequeños sedimentos que dificultan la salida regular del agua. Si observamos que el grifo no sale con suficiente presión o de forma irregular, soltaremos con una llave -protegida con un paño- el aireador. Con un cepillo o incluso un alfiler retiraremos los pequeños sedimentos y lo aclararemos con agua para conseguir que el flujo del agua vuelva a ser perfecto y regular. Siempre deberás seguir las instrucciones del fabricante para el proceso de desmontaje, limpieza y montaje.

Elegir un grifo de calidad también será el mejor punto de partida para facilitar su mantenimiento y limpieza. Los grifos de las colecciones de Stillö presentan un acabado perfecto gracias a que la capa de cromado que se les aplica les confiere una alta resistencia frente a la corrosión, facilita la limpieza e incrementa la dureza de su superficie.

Lo más importante a la hora de limpiar las griferías es utilizar productos no abrasivos que no dañen la superficie y tener en cuenta que una limpieza muy sencilla llevada a cabo a diario evitará muchos problemas a medio y largo plazo.