No tomar decisiones correctas a la hora de elegir nuestro baño nos puede traer algunos quebraderos de cabeza. Una iluminación poco adecuada, materiales estéticos pero poco funcionales o escaso espacio de almancenaje, son algunos de los errores más comunes en la elección de la decoración. Poner por delante el diseño de la practicidad o no dejarnos asesorar por un profesional puede hacer que nos demos cuenta de que nuestro baño no cumple nuestras expectativas. Veamos algunos de los errores más comunes que cometemos.
- Iluminación poco adecuada. La iluminación es esencial en todos los espacios de la casa y, por supuesto, también en el cuarto de baño. Debemos encontrar el equilibrio entre una luz excesivamente blanca y potente que pueda molestar y dar una sensación demasiado fría o una iluminación demasiado cálida y tenue que cree sombras y no nos permita realizar nuestra tareas diarias de aseo correctamente como el maquillaje, el afeitado o el depilado. Además, si nuestro baño tiene aporte de luz natural tendremos que saber combinarla con la artificial. Ten en cuenta que podemos combinar diversos puntos de luz que respondan a las diferentes necesidades, ofreciendo una iluminación general, puntual o incluso decorativa.
- Escaso espacio para almacenaje. Antes de elegir los elementos de almanenaje como armarios bajo lavabo, armarios altos, estanterías o auxiliares, es recomendable que pensemos qué tipo de baño es y responder a cuestiones tan básicas como; cuántas personas lo van a utilizar y con qué regularidad y qué hábitos de aseo tienen o si van a compartir un mismo espacio. No es lo mismo un baño para niños que un aseo para invitados o incluso un baño principal para toda la familia. Cada usuario tiene sus necesidades y sus efectos personales y necesita de su propio espacio organizado y separado del resto. Realizar una lista de elementos de aseo, belleza, aparatos eléctricos como secadores, depiladoras o afeitadoras... o si vamos o no a almacenar toallas, etc. nos ayudará a que visualicemos los elementos que necesitamos.
- Materiales y tonos no adecuados. A menudo nos guiamos por cuartos de baño que vemos en revistas de decoración. Propuestas muy estéticas que a menudo son poco prácticas o que no responden al espacio con el que tenemos. Intentar experimentos decorativos en el baño sin estar convencido para ello, es un gran error. Colores excesivamente oscuros en techos o materiales que no se comportan como deberían ante la humedad como laminados o pavimentos de madera son opciones erróneas. Piensa que utilizar colores neutros como grises o blancos rotos son una buena base sobre la que construir la decoración del baño. Los revestimientos y pavimentos cerámicos son siempre un aliado fiel pero recuerda evitar colores muy chillones si no estás convencido, porque "hoy están de moda pero mañana quizá no" además que "te puedes cansar con mayor facilidad".
- No dotar al espejo de la importancia que tiene. Dejar el espejo para el final o no prestarle la atención que merece es un gran error. Los espejos son un elemento imprescindible porque reflejan la luz y aumentan la sensación visual del espacio. Además, nos ayudan en nuestras tareas diarias de aseo. Elegir un espejo excesivamente o mal iluminado hará que el baño deje de ser funcional para ciertas tareas.
- No visualizar la distribución. Cada cosa en su sitio y a la distancia adecuada. Respeta las distancias entre inodoro y bidé -si lo instalas-, deja un espacio suficiente a la salida de la ducha y no te empeñes en "ensachar un espacio con el que no cuentas". Tu ilusión puede ser instalar una bañera de hidromasaje o una mampara excesivamente grande pero, a la larga, el baño se convertirá en un espacio incómodo y poco funcional. Visualiza antes tus movimientos en el espacio y, piensa si vas a compartir el baño y cómo te moverás dentro de él con la puerta abierta y cerrada. No hacerlo puede traerte muchos quebraderos de cabeza y, además, una inadecuada distribución de elementos como el inodoro o el lavabo, por no hablar del plato de ducha, es una decisión irreversible.
- Decoración sobrecargada. El baño no es el salón. Darte un toque decorativo es perfecto y le dará personalidad pero no lo sobrecargues con alfombras, cuadros demasiado grandes, varias plantas... Este espacio es para el relax y no hay nada peor que sentirte en un lugar "lleno de cosas que no aportan". Busca "romper y no sobrecargar". Siempre es mejor un baño más neutro que un espacio visualmente sobrecargado. Además, la limpieza diaria y su mantenimiento será mucho más fácil si cuentas con los elementos necesarios.
A la hora de plantear la reforma de un baño debes pensar que el equilibrio es la palabra mágica. Debes de plantear la iluminación, la distribución, los materiales, tonos y el almacenaje como una mezcla entre lo estético y lo funcional. Así lograrás un espacio que refleje tu personalidad, tenga el diseño que buscas y además sea útil para tu aseo y relax, además de ser fácil de limpiar y mantener. Sobre todo visualiza y piensa antes de elegir y no te dejes llevar por modas o diseños imposibles.