6 consejos expertos para mantener tu plato de ducha impecable
¿Eres de los que disfruta viendo el baño como el primer día? Tener el plato de ducha siempre limpio no solo aporta sensación de bienestar y frescura, sino que también alarga la vida útil de los materiales y evita problemas de manchas o acumulación de cal.
Los platos de ducha de Stillo, ya sean de piedra, mármol compacto, o bien de resina, se distinguen por su resistencia, su acabado antideslizante y su superficie agradable al tacto. Sin embargo, como ocurre con cualquier superficie en contacto continuo con agua y productos de higiene, requieren un mantenimiento regular para conservar sus cualidades al máximo.
Aquí te contamos los 6 pasos que debes seguir para dar un buen uso y mantenimiento a tus platos:
1. Tras cada uso: Después de la ducha, enjuaga el plato con agua caliente y ventila bien la zona de la ducha para procurar un secado adecuado. Este simple gesto evita que los restos de jabón, cal y suciedad se acumulen.
2. Limpieza intensiva: Una vez por semana, lavar el plato con agua y jabón para baños con una esponja no abrasiva o un paño suave de algodón. Evita trapos de microfibra sintética o estropajos agresivos, ya que podrían dañar el acabado y reducir el efecto antideslizante o dejar rayaduras.
3. Eliminar los restos de cal: Si vives en una zona donde el agua es más dura, la cal suele ser un problema recurrente. Para evitar la acumulación de cal, retira la rejilla para que no se estropee y aplica un anti-cal doméstico o vinagre rebajado con 2/3 de agua, deja que actúe durante 15 minutos y finalmente enjuaga con abundante agua. Puedes hacerlo una vez por semana.
4. Limpieza de juntas y desagüe: Las juntas de silicona y el desagüe son puntos críticos en cualquier ducha: acumulan suciedad, moho y residuos, generando malos olores o incluso atascos. Para las juntas, limpia la zona con un cepillo de cerdas suaves y jabón neutro. Si ves que esa zona está ennegrecida, aplica un producto anti-moho suave. Para la limpieza del desagüe, limpia los restos acumulados y enjuaga con agua caliente. Para ello, utiliza los mismos utensilios suaves con los que limpias la superficie del plato para evitar daños.
5. Manchas difíciles: Muchas veces, aparecen manchas que son más difíciles de eliminar, como pueden ser los tintes para el pelo o los esmaltes de uñas. En estos casos, se puede utilizar esmalte de uñas o acetona sobre un algodón, y enjuagando el plato tras su aplicación. Para las manchas más superficiales, existen los llamados “borradores mágicos” que son muy eficaces para manchas superficiales.
6. Kit reparador: Si el plato de ducha ha sufrido un pequeño golpe o desperfecto, no es necesario sustituirlo por completo. Dispones de kits de reparación específicos para platos de piedra o resina, que permiten cubrir arañazos o restaurar zonas dañadas. Solo tendrás que indicar el color de tu plato para obtener un kit a medida y realizar una reparación rápida y sencilla.
¡Pon en práctica estos consejos y disfruta de una ducha impecable cada día!
